miércoles, 2 de diciembre de 2009

La libertad comienza en la infancia.


La libertad es el gran ideal del hombre desde que tiene uso de razón. José de la luz Mena en su escrito sobre las escuelas racionalistas, hace una gran crítica hacia las escuelas que no educan para la libertad, y por ello propone la Escuela Racionalista como opción para alcanzar aquel ideal que por siglos se ha buscado y por el cual se ha peleado. Ser libre es una cuestión que José de la Luz Mena propone como fin de la escuela racionalista, la cual debe de ser desde la infancia en sus primeros años escolares, pero, ¿realmente se lograra la libertad en la escuela, si los padres no la difunden en casa? Estas escuelas racionalistas si bien se dirigen a la libertad de los alumnos, deberían también dirigirse a una educación liberadora hacia los padres, porque de no ser así, pasará lo de siempre “los padres sacan a sus hijos de las escuelas innovadoras” porque atentan contra los criterios de la dichosa tradición familiar. El lograr que la familia funde desde la raíz la libertad en los niños sin caer en extremos es una tarea sumamente difícil, y es aún más el que la familia en sí misma sea libre, ya que existen los prejuicios de los familiares, de los compadres, de los vecinos, y de todos aquellos que no tienen la educación y la mínima formación necesaria para realmente ser críticos. Lo importante es que la familia se dé cuenta de que aunque se necesita de los demás para saber que existimos, también somos libres y nuestra libertad comienza donde la del otro termina.

José de la Luz Mena, “Postulados pedagógicos de la Escuela Racionalista”, en Lecturas mexicanas sobre educación, antología por Sergio Montes García, FES- Acatlán, México, 2008, pp. 302-307.

Ser mujer no es sinónimo de ama de casa.


En 1985 Manuel Flores en “la mujer y las profesiones liberales” plantea uno de los grandes problemas que, inclusive en la actualidad, las mujeres afrontamos. Durante siglos la sociedad ha sido patriarcal y por lo mismo a la mujer sólo se ha dado el derecho y al mismo tiempo la obligación de hacerse cargo de “la casa” y “la familia”. Cuando se logro establecer que las mujeres no necesariamente son eso, y que además tienen las mismas capacidades intelectuales, o algunas veces hasta físicas, entonces el pretexto que encuentran para detenerlas es el decir que:” se desintegrara la familia”.

El hecho de que una mujer logre llegar a los altos estudios y pueda ocupar buenos puestos de trabajo no significa que abandone a su familia. Existen familias en las que la madre no trabaja, no tiene estudios y la unión no es la más grata. Pero si una mujer es educada, tendrá mayor oportunidad de unir a todos los integrantes de una familia, de lo contrario sólo podrá hacer uso de la experiencia, y si ésta no fue la adecuada, sólo se continuará con el círculo vicioso que hemos llevada hasta la fecha en la sociedad, no es que todas las familias sean así, pero sí por lo menos la gran mayoría. Además ¿cómo saber si la familia está realmente unida?, ¿se conoce por lo menos a una familia que lo sea, o simplemente se conocen apariencias?

Manuel Flores, “La mujer y las profesiones liberales”, en Lecturas mexicanas sobre educación, antología por Sergio Martínez García, México, FES- Acatlán, 2008, pp.254-257.

jueves, 8 de octubre de 2009

Maternidad o profesión ¿Se tiene que decidir entre una de las dos?

Si tuviéramos que definir a la mujer en un solo párrafo sería demasiado difícil, y si se lograra por lo menos estaría un tanto incompleto, pero en esta ocasión tomaremos en cuenta un punto de vista de una fuente especializada en ello.

Una mujer actualmente toma decisiones sin barreras, pues actualmente se han presentado oportunidades sin diferencia alguna.

Si se le pregunta a un hombre ¿qué es un mujerón?, él respondería seguramente: “es una rubia de 1.80”, y si le preguntaras a una mujer, ella diría “hay una en cada esquina”.




Un mujerón es aquella que se levanta tempranísimo para ir a trabajar y cuando llaga a casa encuentra una pila de ropa que lavar, revisar la tarea a los niños y una familia hambrienta que alimentar, según otras opiniones.






Al mirar hacia el pasado se tiene en cuenta, que en la historia, la mujer ha tenido presencia, pero no de la misma forma, en cada época la mujer ha tenido un rol completamente distinto. En el mundo mexica a las mujeres se les insistía que rezaran con frecuencia, sólo que particularmente se le decía: "Toma la escoba presto para barrer, comienza luego hacer lo que es de u oficio, hacer cacao, o moler maíz, o hilar o a tejer […] y aviso aprendas como se hace esta comida y bebida, que por esta vía serás honrada, amada y enriquecida, donde quiera que Dios te diere la suerte de tu casamiento" (TuñónP., J: p. 188)

La enseñanza y trabajos eran totalmente distintos tanto como para hombres y mujeres. Después como en la época de la colonia, a la mujer sólo se veía como objeto de satisfacción o como un bonito adorno de casa.

Actualmente la crisis económica en la que vivimos a empujado a que la mujer se integre al campo laboral, generando con esto muchas polémicas: ¿debe o no la mujer trabajar?, ¿que pasa con la educación de los niños en casa?.

A la primera yo respondo: con la actual forma de vida, claro que es necesario que la mujer trabaje, lo más importante es que sea en lo que le sea más conveniente; y a esto viene la respuesta de la segunda cuestión: la educación de los niños en casa no depende solo de la mujer como madre, también es deber del padre, y si bien es que los dos necesitan salir a trabajar, la educación no se debe perder. Si la pareja se entiende y tiene una buena comunicación (base de todo) la educación de los niños no se perderá, y no existiría la pérdida de valores que estamos enfrentando. Estas cuestiones vienen por el hecho de que la sociedad se rehusa a ver a la mujer como un ser equitativo en comparación con los hombres, por que es obvio que no se puede hablar de igualdad en tanto que tienen diferencias, pero si se puede hablar de la aceptación de la equidad de géneros y de responsabilidad de cada uno de los integrantes en una familia.


Por tal motivo la mujer no tiene que decidir entre ser profesionista o madre, ni es necesario decir que tiene muchas profesiones, sólo se debe mantener un equilibrio entre las prioridades, una buena organización y una muy buena comunicación.

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